Hace millones de años, desde que el hombre primitivo se convirtió en un ser bípedo y sedentario, siempre ha buscado la forma de interpretar su realidad y expresarla. Ya sea a través de gestos, imágenes en las paredes, o el salto a la escritura, el ser humano ha utilizado los recursos que su realidad le ofrece para comunicarse.
Las ciencias sociales, aquellas que estudian el comportamiento del sujeto en una sociedad a través de diversos entornos de relación, han demostrado la naturaleza social del hombre. Desde la infancia, el individuo esta realizando un proceso de socialización en donde recibe de su realidad una cantidad de estímulos y a su vez, responde a estos adaptando su hábito. Por lo tanto, la información y la comunicación juegan un papel fundamental en nuestro desarrollo desde todo punto de vista. Ya sea desde una esfera privada o pública, la comunicación estará presente para relacionarnos y expresar ante todo nuestras ideas; las mismas que nos permiten hacer parte de una comunidad, de una polis, y así, ser tenido en cuenta como un ser único y diferente de los demás.
Por lo tanto, el periodista debe ser un conocedor de su realidad, no solo para ser objetivo y crítico de esta, sino para que sepa cuáles son las herramientas claves de su entorno, las mismas que le servirán para explicar los procesos a los que pertenece su público masivo y por supuesto él.
Y es que desde su origen el periodismo se destacó por el gran poder que podría llegar a ejercer sobre el hombre, desde dar a conocer la información, esclarecer hechos, adoctrinar pensamientos e incluso mover masas. Por ejemplo, hasta finales de la primera guerra mundial se dio un periodismo ideológico que buscaba el adoctrinamiento tanto político como religioso de las personas, todo esto a través de la información. Y ¿qué es la información?, ideas, y ¿qué son las ideas?, aquello que como ya dije nos hace únicos y diferentes de los demás.
Es por eso que hoy, el desarrollo acelerado de las nuevas tecnologías está creando nuevas formas de comunicación que jamás se habían dado en el hombre. Se están creando nuevas plataformas de comunicación en donde la realidad es un absorbente ecosistema de información, por consiguiente, la realidad cambiará si cambian las formas de comunicarnos, si en fracciones de segundo me puedo comunicar con un ser humano al otro lado del planeta, si a diario estoy expuesto a ríos casi interminables de información y si puedo dar a conocer mis ideas al mundo con solo oprimir una tecla.
El reto al que se expone el periodista del mañana, es a tomar estas nuevas herramientas y producir un periodismo de calidad y excelencia, pues el conocimiento está ahí afuera; pero el periodista como si se tratase de un diamante en bruto, debe pulirlo y dar a conocer a su público: a la ama de casa, al trabajador, al universitario, al ingeniero, a todos, desde Cartagena de Indias a Punta de Arenas.
Para muestra del gran poder que brinda las nuevas tecnologías en contar los hechos relevantes de nuestra realidad, y ante todo explicarlos, está lo sucedido con Julian Assange, creador del portal de información Wikileaks. Pienso, al igual que Bill Keller director de The New York Times, que Wikileaks no inventó una nueva era de periodismo; es más un síntoma de lo que se viene dando en los últimos años en internet, y representa el poder en línea. Ahí, está el futuro del periodismo, en la red, en ese mundo vasto de información. El periodista del mañana debe ser multifacético, mucho más conectado con la realidad y el modo como se comunica la gente, deberá ser multimedia. Ya sea a través de un texto escrito, una entrevista online, video, tweets, blogs, radio online o las populares redes sociales, el periodista deberá ser un proactivo explorador de la información para escoger lo relevante del caudaloso río informático, pulir la información y darla a conocer al mundo de una forma “express”, rápida y concisa.
El periodista del futuro como bien lo ha hecho a lo largo de la historia, debe buscar la forma de interpretar su realidad y expresarla, ya sea a través de imágenes en las paredes, la escritura, o un tweet, el ser humano o el periodista del mañana, utilizará los recursos que su realidad le ofrezca para comunicarse.
